martes, 13 de enero de 2009

GLOBOS



Quitarle su globito a un niño es una crueldad, una putada. No me extraña que todo el mundo se ponga tristísimo y hasta se rebele cuando alguien, infante o no, se vea desposeído de su globo.
La cosa alcanza proporciones de drama nacional cuando la criatura despojada es todo un símbolo, un emblema nacional. Incluso si es un blasón de la bobería nacional.
La prensa seria y la televisión seria se han puesto por las nubes ante el inicuo despojo global de que ha sido objeto esa señorita a la que con cierta frecuencia suelen llamar simplemente “P” o “Pe” esos prestigiosos medios. Y me parece mal, es injusto, ya que eso de P suele utilizarse por parte de escritores y hablantes eufemísticos con un sentido bastante denigratorio. “Es un hijo de p”, “la llamó p con todas las letras”, etc. Ignoro los detalles de su vida privada, pero yo no creo que sea como para motejarla así. Otra cosa es que emplee sus indiscutibles encantos físicos con objeto de promoción y subsiguiente lucro, cosa que hacen muchas otras personas famosas y nadie se echa las manos a la cabeza.
Yo creo que esa señorita es muy mala actriz. Por lo que yo he visto en el cine, por muy bien dirigida que esté, no se libra de una voz nasal y de una expresividad muy escasita. Lo que sucede es que para obtener globos o estatuillas de distintos valores maldita la falta que hace ser buen actor o actriz. Se trata de operaciones de mercado, donde lo que se valora es un producto en venta, no un artista. Si a la señorita ésa no le han dado su globito, será porque había otro producto de mejor y más lucida venta, así que no hay por qué ponerse de esa manera.
A lo mejor proponiéndola para un Premio Nobel la cosa cuajaba. Si hasta Shimon Peres tiene uno…¡De la Paz!

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