miércoles, 29 de abril de 2009

DEL CERDO, HASTA LOS ANDARES



Todo cuanto bueno se diga es poco del cerdo, cuto, gocho, gorrino, puerco, guarro...
Es incomprensible que culturas tan avanzadas como las islámicas y la judáica rechacen cualquier género de contacto con esta bestia sublime.
Los cerditos, además de sabrosos, son inteligentes y limpios, y eso lo dice uno que ha contribuido con entusiasmo a su crianza y comercialización en cierta explotación familiar ya extinta.
Lo que nunca pude sospechar es que se convirtieran, por añadidura, en animales de interés político. Pues ahí los tienen ustedes, hechos unos Tayllerand con toda la barba.
La gripe porcina los ha convertido en indudables protagonistas de la actualidad mundial. Acaparan primeras páginas de toda la prensa, incluso con retrato a todo color y no sé cuántas columnas.
¡Qué crisis ni qué crisis! ¿Hay algún problema con la corrupción pepera? ¿Elecciones al Parlamento Europeo? ¡Anda ya! ¡El cerdo es el que manda!
La malaria se carga a unos tres millones de personas al año sin que nadie se inmute, el SIDA ha matado ya a más de once millones de africanos subsaharianos y la meningitis hace estragos en multitud de países pobres...
Ignoro el número de víctimas de la nueva (no tan nueva) epidemia, pero se me antoja que no alcanza ni remotamente semejantes cifras.
Puesto a ser mal pensado: ¿no se estará manejando la noticia con intenciones no demasiado rectas?
¿Desconfiado? Pues sí, a lo mejor, sí.
Además, me irrita que se ponga al cerdo en tan mal lugar. ¿Es que no tienen nadie a quien poner en la picota estos señores de la prensa?

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