martes, 16 de diciembre de 2008

QUE TRABAJEN LOS ROMANOS...



... Que tienen el pecho de lata.
Ahora resulta que los próceres europeos se van a reunir para intentar colarnos un golazo por la escuadra.
Se trata de “flexibilizar” la jornada laboral, hasta ahora fijada en un tope de 48 horas. El trabajador y el empresario negociarán “libremente” el horario de trabajo, con un margen que alcanzaría hasta las 65 horas. Parece ser que estos caballeros tan finos piensan saltarse a la torera todos los convenios de la OIT y orinarse encima de la tumba de los mártires de Chicago. Con un par.
La brillante idea de la “libre negociación” suena a sarcasmo. Máxime en esta fase de lamentable desarticulación del mundo del trabajo, un momento en el que la desregulación es la regla y los sindicatos andan con la barba sobre el hombro. Puede imaginarse uno con bastante nitidez quién va a negociar “libremente” y quién va a hacerlo con la bota encima del cogote.
Uno, que siempre ha pensado que lo bueno es tener tiempo libre y que el ocio es un objetivo vital para cualquier individuo racional de la especie humana (subrayando lo de racional), opina que se vayan metiendo esa brillante iniciativa por donde les quepa. Y punto.

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