lunes, 23 de febrero de 2009
¡VILLACANIJA CON LA SEÑORA PAULINA!
Hoy es la Señora Paulina un orgullo nacional. Tras una larga y tensa espera, nuestra compatriota y convecina ha logrado el sueño tanto tiempo acariciado: ¡le ha tocado el cupón de la ONCE! Y si le ha tocado a ella, es que nos ha tocado a todos, porque todos somos, en cierta manera, la Señora Paulina.
Una larga carrera de jugadora al popular sorteo, una paciencia de chino condenado a muerte, una capacidad de competición en pocos casos igualada… Y, por fin, el anhelado premio.
La emoción de la insigne dama era indescriptible. Incluso dicen que hubo de retirarse a sollozar en la cuadra, para no darles una pista a sus sobrinos, que ya andaban rondando por ahí, a ver si pillaban algo. Sin embargo, ya repuesta de su emoción, profirió algunas simpáticas frases, que hemos seleccionado al azar:
- ¡Ya era hora, coñe, ya era hora!
- ¡Más de una se va a jibar, no te amuela!
- ¡Dejadme en paz, soleche! ¿Es que sus habéis acordao de mi en tos estos años?
La Corporación Municipal se halla reunida en estos momentos con el objeto de acordar qué honores tributará Villacanija a su vecina más ilustre. La opinión del señor cura párroco, preceptivamente consultado, es que se proponga a la Santa Sede la beatificación en vida de la Señora Paulina. Por su parte, el concejal de ocio y tiempo perdido insta a denominar el remozado espacio deportivo local: “Polideportivo Señora Paulina”. Pero la apuesta más decidida y audaz proviene del propio alcalde, quien defenderá en el pleno un cambio de nombre de la localidad, que pasaría a llamarse: “Villacanija de la Señora Paulina”.
Muchos son los parabienes que está recibiendo la premiada en estos días de efímera estancia en su pueblo natal, ya que ordinariamente habita en una conocida y prestigiosa residencia de ancianos próxima a la capital.
- ¿Qué si me voy a quedar en Villacanija? ¿Y qué se me ha perdido a mi en el poblacho éste? En el asilo, por lo menos, dan sopa todas las noches, y ahora que tengo pasta para untar a la monja, igual me ponen hasta tortilla. ¿Aquí con la bruja de mi nuera? ¡Ni de coña!
Estas espontáneas manifestaciones han sido muy celebradas por todos. Ya que, como decíamos al principio, si la Señora Paulina ha merecido el premio, el premio es como si fuera de toda España y, en especial, de toda la vecindad villacanijense.
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