jueves, 5 de febrero de 2009

… Y ENCIMA, LISTILLOS



Los empresarios madrileños de la CEIM, donde, por cierto, “ni son todos los que están, ni están todos los que son”, han decidido echar una manita para sacarnos de la crisis.
La mejor de las ocurrencias es emprender una nueva galopada hacia el despido libre. El invento, ingeniosamente bautizado como “contrato de crisis”, contiene la brillante idea de reducir los días de indemnización por despido a un máximo de veinte. No, no veinte: un máximo de veinte. ¿Y eso qué quiere decir? ¿Uno, doce…? Por añadidura, el contrato de marras no se limitaría a los tiempos de crisis, ya que, si nos encariñásemos con él, podría durar como figura hasta que nos apeteciera a todos seguir disfrutándolo.
Estos abnegados creadores de riqueza y empleo proponen, además, rebajas en impuestos y en cotizaciones a la Seguridad Social. Buena idea. En momentos de déficit en las cuentas públicas y de acuciante necesidad de recursos para atender al paro, serían capaces de sacrificarse y dejar de aportar su pequeño óbolo; con lo que disfrutaban ellos poniendo su granito de arena.
Vamos, que el que no te conozca, que te compre. ¿O es que alguien se cree que, si abaratamos el despido, ellos se iban a liar a contratar como locos? ¿Es que si se les alivia de cargas van a dejar de pegarles cerrojazos a las empresas, en cuanto dejen de arrojar beneficios a veces escandalosos?
Por fortuna, las propuestas se salen por completo de las competencias de la Comunidad Autónoma de Madrid, que si no, doña Esperanza y su mariachi seguro que aplaudían con las orejas y se lanzaban a aplicar estas “liberales” medidas al instante.
Como si no tuviéramos bastante con los espabilados de los banqueros, ahora estos vienen a poner la guinda en la tarta seudo – liberal. Por cierto: ¿qué hace el PSOE acoplándose con el PP para impedir la comparecencia de los capos bancarios en el Parlamento? Ver para creer.

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