martes, 24 de marzo de 2009

EL CAPIROTAZO



La Real Academia Española de la Lengua define la voz “capirotazo” en estos términos: “Golpe que se da, generalmente en la cabeza, haciendo resbalar con violencia, sobre la yema del pulgar, el envés de la última falange de otro dedo de la misma mano.”
Respecto al propio capirote en sí, afirma la Docta Casa: “Cucurucho de cartón cubierto de tela que usan los penitentes en las procesiones de Semana Santa.”
Respecto al uso y disfrute del capirote o cucurucho, varias han sido y son las posibilidades del interesante cono. Por ejemplo, se puede llenar de cacahuetes o de pipas. En tiempos ya remotos (y mucho menos aséptico que los que corren) uno iba al pipero y por dos reales o una peseta podía adquirir un cucurucho de estas delicias, ordinariamente confeccionado con papel de periódico. Aún hoy en día en Cádiz, por ejemplo, te despachan los camarones vivitos y coleando envasados sobre la marcha en su cucuruchito de papel de estraza. ¡Qué ricos!
Esto sucede con la versión cono invertido de pequeñas dimensiones. Los problemas comienzan cuando hablamos del cono sin invertir, que es propiamente el capirote. De dimensiones notablemente mayores y, en consecuencia, apto para ser encasquetado en la cabeza de un individuo de la especie humana, el capirote resulta figura harto menos apacible y sí un tanto inquietante.
Por ejemplo, la coroza: “Cono alargado de papel engrudado que como señal afrentosa se ponía en la cabeza de ciertos condenados, y llevaba pintadas figuras alusivas al delito o a su castigo.” La Academia, de la que ya estoy abusando un poco, omite púdicamente que quien plantaba el ominoso capirote sobre la olla de aquellos infelices (con su sambenito a juego) era la Santa Inquisición.
Esta notable institución eclesiástica no ha sido la única del gremio en poner capirotes sobre la testa de su feligresía. Las procesiones de Semana Santa, promovidas por diversas diócesis de la Iglesia Católica Española, pueblan de cucuruchos con antifaz casi toda nuestra vasta y diversa geografía. Se trata de manifestaciones religiosas de notable sabor barroco, más sobrio y ascético por el Norte y más festivo y luminoso por latitudes sureñas.
Personalmente he disfrutado de la estética y pintoresquismo de las cofradías, como gozan de ellas miles de turistas, que acuden a sus desfiles procesionales con diversas intenciones y actitudes, la mayor parte de las cuales poco o nada tiene que ver con motivaciones devotas o piadosas. Sea como fuere, las procesiones de penitentes encapirotados y pasos suntuosos pertenecen al acerbo de lo popular y están fuertemente enraizadas en diversas culturas hispánicas.
Por eso su utilización capciosa con claras intenciones políticas por parte del clero me parece perfectamente lamentable. Estos dignos eclesiásticos se han propuesto arrearle un capirotazo al Gobierno y no les ha temblado el pulso a la hora de desviar esta secular tradición folclórico – religiosa hacia sus intereses partidarios. Han intentado que las hermandades cofradieras plantasen un lacito blanco, a modo de pasquín, en los varales de sus pasos, manifestando así una frontal oposición a una ley que va a promulgar el poder legislativo en uso de sus atribuciones.
Que la Iglesia Católica, como cualquier entidad, corporación o individuo, tiene derecho a opinar sobre las acciones y propuestas de los gobernantes me parece indiscutible. Lo que no creo pertinente es que se manipule y distorsione una manifestación de carácter popular orientada a manifestar una manera de fe ciertamente peculiar, pero robusta y consolidada, para presionar políticamente a los poderes legítimos de un Estado.
Si la Conferencia Episcopal no es partidaria del aborto en cualquiera de sus modalidades, bien puede instruir a los fieles para que no lo practiquen, dado que la prevista Ley a nadie obliga a hacerlo. Pero, en cuanto se cruza esa línea, es preciso decir que se está interviniendo activamente en política y, encima, con maneras muy poco ortodoxas.
Parece, por fortuna, que los cofrades no están muy por la labor de participar en el capirotazo. Se ve que respetan mucho más su propia religiosidad, que los supuestos pastores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ola, what's up amigos? :)
I will be happy to receive any assistance at the beginning.
Thanks in advance and good luck! :)