martes, 2 de junio de 2009

DEFENSORES DE LA (BUENA) VIDA


Bastantes expresiones del Castellano o Español hacen referencia al tema:
“Vivir como un obispo (o como un cura)
“Comer o beber como un sochantre”
“Tener una canonjía” (en el sentido de chollo o bicoca)
Desde ese punto de vista es normal que el clero y sus adláteres se manifiesten entusiastas defensores de la vida, que es, supongo, la buena vida o vidorra; su buena vida o vidorra.
Los políticos sumados al redentor mensaje también parecen bastante sonrosados; incluso rubicundos, y visten de maravilla, paguen o no de su peculio los atuendos que tan galanamente lucen. No es difícil topar con alguno de ellos en la puerta de alguno de los restaurantes más caros y prestigiosos de Madrid... Cuando uno pasa por delante, claro, porque lo que es...
Así que ya voy pillando yo el género de vida que se proponen defender.
La defensa de la vida no parece comprender a los miles de desventurados que se la dejaron tontamente en las guerras clamorosamente jaleadas y alentadas por los partidos a los que pertenecen o apoyan estos enardecidos vitalistas.
Tampoco la de un médico abortista norteamericano, cuya vida no debía de estar comprendida en el cupo de las defendibles, porque le han asesinado unos cruzados de la causa.
Siempre hay que aplaudir la coherencia, allá donde la veamos; así que digno y proporcionado es que estos de la vidorra o vida padre defiendan la vida, la buena, la de ellos.

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