sábado, 20 de marzo de 2010
CAMPATÍA
La “empatía” es la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Al menos eso afirma la Real Academia en su Diccionario. Mi breve, pero ilustrativa, permanencia en el Ejército, me enseñó que la “simpatía” consiste en la propiedad que poseen las granadas y otros explosivos para comunicar su mortífera condición a elementos próximos y afines. ¡Pues vaya simpatía!
Nadie, sin embargo, me había mencionado jamás el concepto “campatía”, que bien pudiera ser formulado de esta guisa: “todo viandante acompañado de un can desarrolla en torno a sí un flujo de comunicabilidad directamente proporcional a la afabilidad de su acompañante perruno.”
O sea, que no nos comunicamos por analogía, sino por “canalogía”. Por lo menos en mi barrio eso funciona así.
La gente se encuentra por la calle y normalmente no se saluda, si no se conoce de antes, y menos entabla conversación con extraños. Pero, si uno va acompañado de su perro, la cosa cambia por completo. Cada vez que avanzo por las empinadas cuestas de Lavapiés conducido por el perro Chispo (es él quien conduce) saludo y soy saludado por todo género de personas con perro: jubilados, jóvenes latinos, señoras de edad, señoritas estupendas (ésta es la mejor parte), familias completas… Nos saludamos, charlamos, nos reímos y permitimos a los animalitos que retocen y se huelan el culo a su sabor.
Campatía, pura campatía.
Yo estoy convencido de que los transeúntes están muy necesitados de comunicarse con sus vecinos, pero no encuentran un pretexto para hacerlo. Los perrillos se han constituido en perfecta excusa para romper la barrera y hasta en un motivo para esquivar la soledad.
A lo mejor todos esos políticos hostiles y vociferantes que pueblan el Parlamento lo que tenían que hacer es adoptar o comprar un perro y llevárselo al escaño. Así habría algo más de campatía y algo menos de mala leche.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Pues no es ninguna chufla. Hay tropecientos mil estudios que concluyen con que el mayor beneficio de tener perro es justamente que fomenta la sociabilidad de la que tú hablas, y no hay nada que haga más feliz a un ser humano que comunicarse con sus semejantes.
Publicar un comentario