jueves, 11 de marzo de 2010

ROBIN HOOD EN CRISIS



Robin Hood, sentado sobre el tronco milenario de un roble, tenía un punto de melancolía en su antaño fulgurante mirada:
- Entonces, Juanito…
Little John (Juanito) se rascó la cabeza:
- Mal, muy mal, jefe, las cosas no pueden ir peor. La mitad de las tierras están sin labrar y los campesinos papan moscas a la puerta de sus chozas sin un mal rosbif que meter entre dientes.
- Habrá que pasarles algunas monedas, para que vayan saliendo del paso.
- ¿Monedas? ¿Qué monedas? Nuestras arcas están completamente vacías. Es más: debemos dinero a bastantes proveedores. Creo que a esto le llaman los sabios “déficit”.
- Pero los asaltos a los ricos… Nosotros tenemos que robar a los ricos para dárselo a los pobres.
- Los ricos dicen que están completamente tiesos, que no nos molestemos. Los colonos y pecheros no les rentan lo suficiente, de modo que han decidido dejar en barbecho las tierras.
- Pero los rebaños de las abadías…
- Los monjes han dejado de alimentar a sus vacas y ovejas a consecuencia del elevado precio que está alcanzando la avena. Dicen que no es rentable criar ganado y van viviendo de las misas y responsos que les encargan.
- ¡Pues sí que estamos frescos!
- Y lo peor es que el Sheriff de Nottingham aprovecha para ponernos verdes y echarnos la culpa a nosotros.
- ¡Qué cabrón! ¿Y dice lo que haría él en estas circunstancias?
- Ah, no, eso no; pero, encizañar, encizaña un huevo.
- Habrá que hacer algo.
- Eso digo yo.
Un silencio abrumador se abatía sobre el bosque de Sherwood y lugares aledaños. Robin tuvo una inspiración, o pareció tenerla:
- ¡Lo tengo, creo que lo tengo!
- Pues tú dirás…
- Es preciso que les demos dinero a los ricos y a los monjes, para que de esa manera vuelvan a tener tesoros y ganado gordo. Entonces volverán a cultivar la tierra y los pobres no las pasarán tan canutas.
- Es que a lo mejor el dinero se lo gastan en francachelas y se comen las vacas. Por otra parte, no sé de dónde diablos piensas sacar el dinero.
- Naturalmente, de los pobres. ¿De dónde, si no? Los pobres tendrán que amarrarse el cinturón un poco más, para que nosotros subvencionemos a los ricos, quienes, a su vez, reactivarán la economía (¿Se dice así?). De ese modo saldremos del atolladero y, a lo mejor, podemos volver a robarles a los ricos, que ya andarán boyantes, para darles algo a los pobres.
- ¿Y los colonos y pecheros? Porque por lo visto salen carísimos.
- Se pueden sustituir por esclavos y siervos. De este modo los costes de producción…
- Pero es que nosotros siempre hemos dicho que había que acabar con la esclavitud y la servidumbre… Además, eso es lo que propone el Sherif de Nottingham.
- ¡Qué coincidencia! ¿Eh? A lo mejor podíamos llegar a un gran acuerdo con él, y entonces…
- Entonces nos correrán a cantazos los de la plebe. No acabo de verlo.
- Bueno, bueno, ya hablaremos. ¿Y los proscritos? ¿Qué hacen nuestros leales proscritos?
- Ahorro privado. Están metidos en planes de ahorro privado, por lo que pueda pasar. Tienen la mosca detrás de la oreja, creo.
- Vaya, hombre…

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