sábado, 7 de mayo de 2011

PASIÓN DE GAMELLONES



En tiempo de comicios cada quisqui va a lo suyo. Quiénes participan con fervor en el triunfo clamoroso de esta o aquella bandería; quiénes procuran con ahínco la humillante derrota de la contraria; quiénes, por fin, aseveran que se la refanfinfla y punto.
Pero: ¿quién se acuerda de los gamellones? Y, sin embargo, nada sería lo mismo en la gobernación de la polis sin la eficaz contribución de su casta.
Gamellones hay de muy diversos rangos y especies. Haylos de una, dos, tres y hasta seis escudillas por lo que a jerarquía y capacidad de ingesta corresponde. Luego, por su misión o tarea clasificados, hay gamellón de loa y pebetero, gamellón de anuencia, gamellón de tapas y marisco, gamellón capacico-de-las-hostias; y éste es muy útil para que las injurias destinadas al principal recaigan en su persona. Precisaremos asimismo que hay gamellones electos, gamellones digitales y gamellones de rebote.
Todos poseen en común la condición de estipendiados en grado diverso, pero mayormente sustancioso. ¿Cómo, sin estipendio, llenarían las escudillas de varia capacidad?
Pero el tiempo de comicios suele ser tiempo de aflicción y zozobra para estos prodigiosos individuos. Dependiendo de la fortuna o infortunio que alcance a su pandilla o bandería, un gamellón de cinco escudillas puede quedar reducido a una sola; incluso a ninguna escudilla. ¡Ah juegos malévolos del azar! Y no sólo del azar, ya que la veleidosa mano del príncipe puede ofrecerte cuatro o más repletas escudillas, o bien desposeerte de todas, arrojándote de su amor y privanza. ¡Vaya putada!
Por eso en tiempo de comicios no es raro encontrar gamellones sollozando por las esquinas, gamellones aquejados de úlcera duodenal; hasta gamellones víctimas de honda depresión. Todos ellos se esfuerzan, sin embargo, en esbozar el signo de la victoria con sus manos temblorosas. Por lo que pudiera acaecer, suponemos.
El pueblo llano, siempre egoísta e injusto desdeña, inmisericorde, el grave padecer de estos bravos y esforzados pilares de la gobernación de burgos y villas. Es que el jodío pueblo llano no tiene corazón, por lo visto.
(La ilustración es "La cucaña", de Brueghel el Viejo. No sé si pega o no)

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