viernes, 1 de julio de 2011
GRIEGOS CABREADOS
Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquileo; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves…
Así es como empieza la Iliada, y a partir de ahí comienza a liarse la parda. Los cabreos consecutivos de los griegos desembocan en una auténtica hecatombe. En aquellos tiempos quienes desencadenaban las oleadas de mala leche eran los dioses; ahora también, pero en estos tiempos el que corta el bacalao es Hermes, el “de multiforme ingenio (polytropos), de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas…”, en lugar de Zeus. Le llaman “mercado”.
Tampoco hay que echar en saco roto el monumental cabreo de Ulises, cuando volvió a casa y se encontró aquello hecho unos zorros. ¡Menuda escabechina de pretendientes de su señora! Echó mano al arco y no dejó títere con cabeza, y es que, si a Ulises se le subía la sangre a la cabeza, ya no sabía cómo parar.
Pero lo peor del cabreo helénico llega cuando el griego enfadado pierde del todo la cabeza. Eso le pasó al gigantón Ayax, que se pilló el gran globo por un quítame allá esa armadura y, obcecado, se cargó un montón de ovejas, porque las confundió con los jefes aqueos, culpables de una injusticia. Y, digo yo, qué culpa tendrían los pobres ovinos para pagar el pato de esa manera. Es que Ayax ya no distinguía y tampoco se le puede culpar del todo.
Yo me lo pensaría dos veces antes de provocar un cabreo a los griegos, que ya se ve cómo las gastan cuando les tocan demasiado los cataplines. Pero estos políticos y estos banqueros parece que no leen a los clásicos. Me temo que, en general, no leen. Pues que se anden con cuidado.
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1 comentario:
Así es como empieza la Iliada, y a partir de ahí comienza a liarse la parda
Buenisimo. Todo el articulo.
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