domingo, 1 de febrero de 2015

SE PUSIERON MORADOS


Pues sí, se pusieron morados, vamos, que se pusieron las botas estos de “Podemos”. Abarrotaron la Puerta del Sol y alrededores, como se habían propuesto, lo que parece haber disgustado a no pocos, que deseaban que la manifestación fuera un fracaso.
Personalmente, me alegro de que les salieran las cosas así de bien, aunque no participé ni hubiera participado de pillarme a mano. Se trataba de una convocatoria de partido y yo creo que la gente afiliada a otros partidos no pintaba nada ahí, y yo sigo afiliado al PSOE por la parte de Izquierda Socialista.
Pero, repito: está muy bien que haya una nueva formación política capaz de sacar a muchos ciudadanos de la abulia reinante. Máxime si esa formación es de izquierda y Podemos lo es, digan lo que digan ellos mismos.
No entiendo que haya gente en el territorio genérico de la izquierda que se dedique a descalificar al nuevo partido y que lo haga con un lenguaje deplorablemente elemental, incluso burdo.
¿No sería mejor aprovechar estos brotes de entusiasmo rebelde para revitalizar un poco a esta masa de desilusionados fatalistas, que es hoy por hoy la ciudadanía española (y europea, por cierto)?
Un buen toque de atención para la izquierda llamada “tradicional”, que ha ido esclerotizándose, perdiendo vitalidad, tras haber convertido en partidos de cuadros sus antiguas organizaciones de masas, interviniendo incluso en el desmantelamiento de los sindicatos de clase, y creo que sabemos de qué hablo.
Pues sí, se pusieron morados. Dicen los expertos en la materia que el morado surge de la combinación de la energía del rojo y la estabilidad del azul. Connota realeza, poder, lujo, ambición. Se asocia también con nobleza, sabiduría, creatividad, extravagancia, magia y espiritualidad.
Bueno, no creo yo que sea para tanto y, en lo que a mi respecta, sigo prefiriendo el rojo, el rojo sin desteñir. Como prefiero los yunques y los libros, incluso los puños,antes que los capullitos sonrosados. Ya dicen que para gustos están los colores.
En otros artículos de este blog ya he hablado de las carencias que encuentro en el partido de Iglesias y de mi viejo amigo Monedero, así que prescindiré aquí de repetirlas.

Sólo una cosa: es una estupidez tachar de “casta” sin matices a la gente del PSOE y de IU, porque en el seno de estas organizaciones hay todavía un montón de personas dignísimas con profunda vocación reformista y revolucionaria, recordando la expresión de Rosa Luxemburgo. ¿Quién se acuerda de ella?

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