miércoles, 7 de febrero de 2007

ZAPATERISTA MALGRÉ SOI




Uno había mirado siempre con bastante escepticismo la actual línea política del PSOE, tanto como la de los restantes partidos socialdemócratas europeos, dado que su evolución hacia un abierto neoliberalismo en política económica, una franca laxitud en política social y un notable alineamiento con el Imperio en política exterior los había convertido, desde mi punto de vista, en una cosa bastante difusa, descafeinada y poco beligerante.
De hecho mi distanciamiento político, que no personal, con los amigos de Transversales, antes Iniciativa Socialista, procedió de un exceso de entusiasmo por parte suya hacia el viejo partido de Pablo Iglesias, quien, por cierto, se quedaría bastante perplejo si pudiera contemplar a dónde fue a parar el susodicho partido.
Mis últimas participaciones en política activa fueron, y me satisface recordarlo, de la mano de Nicolás Redondo en momentos de clara confrontación con el PSOE de Felipe González. Por cierto que me parece imperdonable la faena de linchamiento de ese gran sindicalista a manos de Guerra y sus adláteres, motivo adicional para no sentirme especialmente identificado con el “socialismo” del PSOE. Item más, el compañero González desperdició, en mi opinión, las amplias mayorías de que dispuso en su mandato y no entró a fondo en cuestiones como la educación, la laicidad del estado, la política autonómica y unas cuantas cosas más.
Pero ahora resulta que casi estoy volviendo al redil, he llegado a gritar a favor de Zapatero en alguna mani reciente y, desde luego, anhelo de todo corazón que la izquierda mitigada que tenemos gane las elecciones autonómicas, municipales y todas las que caigan.
Y todo se lo debo a don Mariano Rajoy, al PP y a sus quintacolumnistas transfugas y restante corte celestial de víctimas con carné y afines.
En una actitud francamente posibilista y de raíces creo que éticas, pienso que no hay más remedio que apoyar a las personas honorables frente a los energúmenos agresivos.
Puede que Zapatero se equivoque, pero creo que está actuando con honestidad y con la mirada puesta en el interés de los ciudadanos, en tanto que el PP sólo se mueve guiado por el rencor y en busca del poder perdido y caiga quien caiga. A ese fin y efecto no ha tenido escrúpulo alguno en utilizar el terrorismo y sus víctimas como bandera pirata, lo que me parece manifiestamente indecoroso y, por añadidura, de alto riesgo.
Entre otras cosas están consiguiendo polarizar a la sociedad española, están tirando de la cuerda hasta unos niveles insufribles. Habrá que confiar en la tan mentada madurez política del pueblo español para impedir que la cuerda se rompa.

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