sábado, 12 de enero de 2008

¡CASTIGO PARA LOS CULPABLES!



Siempre resulta estimulante y gratifica mucho comprobar que los valles patrios son verdes; nuestro mar, inmenso; azul, este cielo que nos cubre. Los españoles siguen siendo píos y benéficos, como está prescrito en los cánones.
Malo sería, en caso contrario, que los valles estuvieran hechos un estercolero apestoso, que el mar fuera chiquitajo, una birria de mar; incluso que no hubiera mar, sino algunos miserables charquitos. Pongamos que el cielo, en vez de un refulgente azul, mostrase tonalidades marrones o grisáceas. ¡Qué horror! Ya para colmo, no quiero ni imaginar que nuestros compatriotas hubieran obsequiado a la Historia, no con justicia, grandeza y otras maravillas, sino con una ristra de villanías atroces y ultrajantes canalladas.
Pero no: todo marcha a las mil maravillas y estamos sumergidos en la peor y más vulgar lista de topicazos, según la letra del himno recién parido, que reproduzco aquí, no sin un importante grado de bochorno. Voilà:

¡Viva España! / Cantemos todos juntos / con distinta voz / y un solo corazón. / ¡Viva España! / Desde los verdes valles / al inmenso mar, / un himno de hermandad. / Ama a la Patria / pues sabe abrazar, / bajo su cielo azul, / pueblos en libertad. / Gloria a los hijos / que a la Historia dan / justicia y grandeza / democracia y paz.

Claro que registrar tanta maravilla “a sílabas cuntadas, que es grand maestría” exige pequeñas licencias, si no poéticas, sí fonéticas. Verbigracia, desplácense los acentos adecuadamente: Desdé los verdes valles... pueblosén libertad... quealahís toriadán...; Y, claro, a la sinalefa, que le den por donde sea: justicia – y – grandeza...

Pues, la verdad, para este viaje no necesitábamos alforjas. ¡Menudo bodrio!
Reclamo, en consecuencia, un castigo ejemplar para los culpables. De entre ellos el reo de menor responsabilidad creo que va a ser el caballero parado que mandó la letrita, a ver si colaba. También podía haber jugado a la primitiva, o al cupón de la once. En su situación, todo es excusable (casi).
Pero es que en el jurado había catedráticos, académicos y yo qué sé cuántas dignidades más, que sí tenían la obligación de velar por la estética, el buen gusto y la calidad y fuerza de los contenidos, elementos elementales que brillan por su ausencia en grado supino. De postre, va el bueno de Manolo Jiménez de Parga, a quien aprecio sinceramente, y se llega bajo palio a entregarle la caquita literaria al COI y a la SGAE, culpables últimos de la funesta iniciativa.
Ahora parece ser que necesitan 500.000 firmas para llevar el horror hasta el Parlamento. Esperemos que el sentido de la justicia y la grandeza que, al parecer, adornan a los hispanos les induzcan a rehusar enérgicamente el estampado de su rúbrica en la iniciativa antipopular.
Oigan: ¿nadie con una mínima capacidad de convocatoria va a incoar una iniciativa popular para el rechazo de semejante demasía?
Este asno, su seguro servidor, sí que admite desde su modesto blog adhesiones a la propuesta de castigo para los culpables. ¡Anímense!
¡Ah, se me olvidaba! Creo que la presentación cantada a cargo de Plácido Domingo no va a quedar coherente ni resultona. Ya que lo van a hacer, por lo menos que le encomienden la tarea a un personaje más acorde con el contenido literario: Chiquito de la Calzada, por ejemplo.

3 comentarios:

Bettie dijo...

Así es, hermano. Tenía pensado escribir una crítica similar en mi propio blog, pero veo que no soy la única a la que no le ha colado la letra.

Realmente, no tiene elocuencia, ni está equilibrado; es simple, y lo que es peor, simplista. Demasiado convencional y conformista. Vamos, una joyita.

La primera idea que pasó por mi cabeza ayer por la mañana al conocer la letra fué: eso lo podría escribir un niño de 7 años sin problema.

Pero tranquilo. El congreso lo aprobará y se recogerán las firmas necesarias en un santiamén. El espíritu español de "si es nuevo no es bueno" no afecta a estas cosas.

Un saludo

Anónimo dijo...

Pero, ¿de verdad de la buena que ésta es ya la letra oficial? En fin, voy a tener que ir yo por ahí...

Anónimo dijo...

Ah,no,qué susto...