viernes, 1 de febrero de 2008

EL ACERTIJO DE LA SOTANA



Alguna gente, incluso mucha gente, se ha echado las manos a la cabeza a causa del pronunciamiento episcopal sobre las próximas elecciones generales. Pues no lo entiendo, y no lo entiendo por varios capítulos.
En primer lugar, estos santos varones no han dicho “vota al PP”, ni “no votes al PSOE”. Se han limitado, con su habitual ecuanimidad, a dar alguna que otra pista para orientar a los fieles, no se les vayan a descarriar e incurran en pecado. “Yo no sus lo digo por nada, pero el Niño Jesús llorará y se pondrá muy triste, si se os ocurre votar a cualquier herejote impío, que se llame Rodríguez y su segundo apellido aluda a cierto oficio artesanal relacionado con el cuero y el tipo sea leonés. En tanto que los ángeles prorrumpirán en cánticos jubilosos, si es que, guiada vuestra mano por el Paráclito, optáis por un luminoso caudillo de la fe, que tenga barba, su nombre proceda del de Nuestra Señora María Santísima y sea originario de Galicia. Pero que conste que cada cual puede hacer lo que quiera y obrar en conciencia; eso sí, arriesgándose a afrontar la condenación eterna, caso de escantillarse por el mal camino.”
En segundo lugar, porque a ver qué es lo que nos esperábamos. Los obispos se han limitado a evidenciar lo que ya sabíamos todos: desde que la Iglesia es tal, se ha dedicado a sustentar las posiciones de derecha más radicales. No hay que irse demasiado lejos para localizar un ejemplo tan sangrante como la Guerra Civil y su tremenda secuela: el franquismo. Después de todo habrá que agradecerles que hayan echado las cartas sobre la mesa, porque de esa manera todos, y en particular los votantes cristianos no identificados con la carcundia episcopal, sabrán a qué atenernos.
Pero, llevando las cosas un poco más allá, habremos de pensar que los clérigos en realidad impiden que se vote a ninguno de los dos partidos mayoritarios, puesto que no me veo a un hipotético Rajoy en el poder liquidándose de un plumazo el aborto y el matrimonio homosexual, por ejemplo. Lo más que se atrevería a hacer sería cambiar algún que otro detalle, o modificar la nomenclatura. Y, desde luego, el PP habló en su momento con ETA, vaya si lo hizo.
Pero la especialidad de la Iglesia Católica es mirar para otro lado, cuando así conviene a sus intereses. Y en eso estamos.
Por favor, Presidente Zapatero: a ver si, en caso de que gane las elecciones, se piensa un poco el trato de privilegio que reciben estos agitadores, que lo de la otra mejilla se supone que les corresponde a ellos, y no a nosotros.

2 comentarios:

Bettie dijo...

Amen.

Hoy, en las noticias, he visto el resumen de una entrevista a un señor con sotana, hablando de lo moral o inmoral que es hablar con ETA. Y bueno, la cara que ha puesto cuando le han nombrado los acercamientos de algunos religiosos a la banda terrorista ha sido un poema...."esque.... nuestra labor evangelizadora no es lo mismo que la política..." ...Claro.

Pues que se dejen de papeletas y campañas y mediten sus sermones y cambien el agua bendita de las iglesias, que como su discurso, apesta bastante...Es lo que tiene estar estancado...


Un saludo

Anónimo dijo...

Señor Asno de oro: Espero que con eso de "la derecha más radical" no se refiera usted al PP, porque eso ya sería el colmo de la desfachatez. ¿Usted no ha vivido una dictadura, verdad?
No se preocupe tanto por lo que dice la Conferencia Episcopal, básicamente porque lo que digan los curas A USTED NO LE AFECTA EN ABSOLUTO, porque vivimos en un país donde la Iglesia y el Estado están totalmente separados y no injieren la una en los asuntos del otro. No como en ciertos países, como por ejemplo Palestina.
Debería preocuparse más por la altura moral de un país en el que la principal promesa electoral del candidato de la izquierda es que le va a pagar 400 euros a sus votantes en agradecimiento.