viernes, 12 de diciembre de 2008

EL CUELGUE DE DON MANUEL



La gente es malintencionada y ha tomado, como siempre, el rábano por las hojas.
Menos mal que la habilidosa dialéctica doña Soraya ha explicado que hay cuelgues y cuelgues. También podía haber dicho que más colgado que está don Manuel Fraga no cabe, y no por eso deja de largar todo lo que se le viene a la boca.
Conociendo los buenos instintos y piadosas inclinaciones de ese venerable patriarca, el último Ministro del Interior que dio con mis huesos en el calabozo de una comisaría de Cádiz, debo asegurar que él lo que se proponía era comprarles un bonito columpio a esos señores, y hasta puede que él mismo se brindase a mecerlos a los compases de una bonita muñeira. Con no menos de cien gaiteiros, claro está.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Pero tú cuándo has vuelto, hombre de Dios!

Anónimo dijo...

Salí del mutismo, que no del armario. Sigo adorando a Diosa Juno, aunque la veo un poco gringa.

Anónimo dijo...

¿Un poco gringa? Dios mío... ¡Yo ya soy de plástico!;)