lunes, 1 de diciembre de 2008

ESTUDIANTES, MI CRUZ



Ayer, una vez más, el MMT Estudiantes hizo otra estudiantada. Van por encima todo el partido contra Unicaja y en el último medio minuto se las arreglan para perder por cuatro puntos. ¡Y yo que me las prometía tan felices!
Uno debería de estar acostumbrado, porque cuando no hay manera, no hay manera, como yo digo. Pues no: erre que erre y no logramos que nos abandone la esperanza. Eso es lo que habría que poner en el frontis de la cancha: “los que aquí entráis dejad toda esperanza”. Dantesco en el estricto sentido de la palabra.
Llevo siendo adicto al Estudiantes desde los seis añitos de edad, cuando inicié mis primeras letras en la “Prepa” del Ramiro. Tuve el honor de que vigilasen mis estudios personajes como Laborda y Díaz Miguel, que, por cierto, gastaba un genio de todos los demonios, Era entonces Jefe de Estudios Don Antonio Magariños, que gobernaba el centro a golpe de silbato. ¡Tiempos aquellos!
A lo mejor por eso me agarro semejantes berrinches cuando se pierden partidos de un modo tan estúpido, como ocurrió ayer. Comprendo que, a mis años, no es nada razonable, pero qué le voy a hacer yo.
La temporada anterior fue como para rabiar y patalear y el inicio de la presente no pinta mucho mejor. Los más ancianos del lugar a lo mejor pensamos que se ha perdido mucho del viejo espíritu torero, y hasta puede que tengamos razón. Cierto que hay jugadores como Pancho Jasen, que lo mantienen a tope, pero el conjunto del equipo, francamente, no.
Sin hacer de menos a Luis Casimiro, oigan: ¿no está el Pepu en el mercadillo? ¿Es que sale demasiado caro? Sólo era una sugerencia.
¿O es que me quieren matar de un cabreo?

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