miércoles, 23 de febrero de 2011

PRINGADOS



Me lo venía temiendo desde hace una buena temporada, pero ahora lo ratifico de forma categórica: pringados. El mundo lo gobierna una pandilla de pringados.
Baso esta afirmación en las caras de pescado hervido que se les han puesto a todos los líderes cósmicos o mandamases ante la convulsión que se está produciendo por la parte del sur próximo y no tan próximo. Parece que ninguno de nuestros jefazos se había barruntado que pudiera montarse semejante belén en cuestión de semanas y coincidiendo con las fechas del carnaval, circunstancia que podría resultar chusca, si no fuera por los tintes trágicos y sangrientos que la revisten.
Nuestros sabios titulares ya habían sido incapaces de pronosticar la crisis económica que se nos venía encima. Y no era moco de pavo, porque ha puesto de relieve que las recetas capitalistas (o “neoliberales”, si se quiere matizar) eran una perfecta filfa, capaz sólo de enriquecer portentosamente a unos cuantos en detrimento de la gran mayoría de los ciudadanos, incluso en la parte opulenta del mundo.
Ahora se le ha venido encima todo un cataclismo, no sé si biológico o telúrico, que toca de lleno al núcleo de sus sagaces y afamados equilibrios geoestratégicos, macroeconómicos y, en general, patéticos. Se pasaron de listos una vez más.
Esto no es como para celebrarlo, porque los costes humanos son enormes, pero sí que proporciona algo de alivio comprobar que no son muy espabilados, porque, si además de malévolos, fueran tan listos como ellos creen, habría que echarse a temblar.

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