martes, 29 de enero de 2008

EL POLVO AFRICANO



Un polvo africano es una cosa muy seria. No hay más que ver la foto para darse cuenta de que un polvo africano es algo tremendo, descomunal.
Un polvo europeo o asiático, incluso americano, no vale un pimiento, si se compara con el africano auténtico.
Las consecuencias de este tipo de coyunda son de la más diversa índole, ya que, además de la consabida procreación y el presumible gustito, común a cualesquiera otras, el polvo africano trae resultas incluso meteorológicas.
Eso no se sabía hasta hace muy poco, cuando Madrid apareció durante días y días cubierto de una espesa capa de polución, que algunos ignorantes atribuyeron erróneamente a la masa de vehículos automóviles contaminantes que puebla la villa y corte. Otros le echaron la culpa a las calefacciones y restantes fuentes tradicionales de embasuramiento urbano.
Pero hete aquí que la Señora Concejala de Medio Ambiente, asesorada indudablemente por los numerosos cargos de confianza y expertos que la rodean y cobran por ello sustanciosos emolumentos, explico que no, que no era eso, que la culpa la tenía el célebre polvo africano.
Pues seguramente no será un solo polvo, digo yo, sino multitud de ellos. Polvos de toda índole, muchísimos polvos, una orgía completa, vamos. Porque la verdad es que en este puñetero pueblo no hay quien respire.
Se impone subvencionar a innumerables oenegeses para que emprendan de inmediato una extensa campaña de continencia sexual en África, a ver si esto para y disfrutamos de unos gramitos de oxígeno puro.

lunes, 28 de enero de 2008

PIZARRO




Mi alejamiento de la política activa hace que de vez en cuando me encuentre en la más absoluta ignorancia sobre lo que se cuece en ese mundillo.
No obstante, necesito algo de información para decidir mi voto en las elecciones de marzo y procuro enterarme del quién es quién dentro de las listas de los partidos contendientes.
Parece ser que el candidato estrella en estos momentos es un señor Pizarro, a quien se publicita como mago de la economía, así que he recurrido al Google, esa inagotable fuente de sabiduría, en la que lo mismo encuentras una vasta colección de fuentes informativas sobre el ADN, que una interesantísima lista de jovencitas a las que gusta tomar el sol sin obstáculos textiles de ningún género.
Google me ha contado que, efectivamente, el caballero Pizarro es una persona de probada capacidad para hacerse con el santo y la limosna, puesto que logró engañar a un americano, un tal Atahualpa, y desposeerle de una fortuna millonaria en metales preciosos, lo que redundó en beneficio de la Corona de Castilla y en el del propio interesado, el señor Pizarro, que, por añadidura, resulta que es hidalgo, y no un plebeyo, como el Zapatero ése.
Pero me he sumido una vez más en la perplejidad, cuando mi oráculo, el señor Google, cuando le he pedido imágenes del genio en cuestión, me ha devuelto dos algo contradictorias. Francamente prefiero una de ellas, pero ustedes dirán. Yo es que en esto de la política, me pierdo.
¿Manuel Pizarro? ¿Berny Pizarro?

domingo, 27 de enero de 2008

CULO AL PÚBLICO



La diosa Juno comentaba en su blog de ayer que había asistido a una performancia de ésas, en las que algunas damas y caballeros se ponen en pelota y hacen cochinadas “sub specie artis”.
Lo de asociar el desnudo con el espectáculo teatral tiene su miga. De hecho hubo una temporada, que no se ha extinguido del todo, en la que, si una función no sacaba a ningún actor in puribus, parecía como si a aquello le faltase algo.
Incluso se da el caso de que algunas escuelas de actores exijan el empelote como “conditio sine qua non”. Hace poco una amiga me aseguraba que en una escuela oficialísima en la que ella estudió, incluso existía una asignatura denominada “Desnudo”. Claro que esa amiga mía es muy guapa, pero no siempre suena a verosímil lo que dice, cosa que, por otra parte, le añade algún encanto, seamos sinceros.
El gran Tulio Osvaldo Scioppero, de cuya valiosa doctrina dramática ya nos hemos ocupado aquí, cuenta que el maestro Szopenko no solía pedir a sus alumnos que se quitasen la ropa en su famosa escuela de Krasnoyarsk, decisión que hubo de adoptar, muy a pesar suyo, tras el quinto o sexto caso de congelación integral. Las temperaturas oscilantes entre los diez y los cuarenta grados bajo cero no se combatían así como así por medio de una estufa de carbón dotada cicateramente de combustible por las autoridades soviéticas de la localidad.
Sin embargo, habiendo concurrido maestro y discípulo a un congreso de nuevas tendencias escénicas en Lalín (Pontevedra), celebró con entusiasmo Szopenko un novedoso happening, en el que actores turdetanos de ambos sexos mostraban generosamente su anatomía al respetable.
Perplejo el entonces joven e ingenuo aprendiz ante el excesivo fervor que su maestro manifestara, inquirió:
- ¡Ché, flaco, decí! (traduzco libremente del Ruso) ¿A qué tanta alharaca? ¿Andás de joda? Y eso, ¿Para qué sirve?
- Para nada, batiuschka, para nada. ¿Pero a que la chica bajita estaba riquísima?
A la probada capacidad de reflexión de mis hipotéticos lectores dejo la ardua tarea de interpretar el profundo sentido de las enigmáticas palabras de Timofey Timofeyevich Szopenko.
Como observación personal al margen, me pregunto yo cómo se las arreglarían Shakespeare, Calderón y Molière para hacer un teatro medianamente aceptable sin sacar un solo personaje en pelota; y también cómo actores de aquella época primitiva podían interpretar medianamente sus papeles sin haber pasado en su aprendizaje por un proceso de deshabillé tan catártico, como formativo.

sábado, 26 de enero de 2008

UN LIBRO A LA BASURA



Es la primera vez que lo hago, palabra. Pero esta vez no he podido contenerme y he tirado un libro a la basura, allí donde residen las mondas de patata, las espinas de pescado, los restos de potaje... Toda suerte de inmundicias, en suma.
A veces hay que deshacerse de algún libro, por diversas razones. La principal de ellas es la amenaza de desahucio por parte de una esposa alarmada ante la invasión de papel impreso y encuadernado por todos los rincones del hogar. Otro motivo es la inoperancia de libracos obsequiados generosamente por los organizadores de congresos, jornadas y percances afines. Por último, el capítulo de las compras erróneas. Vaya, que hay varias causas para prescindir de uno o más tomos.
Hasta la fecha había recurrido a métodos menos humillantes para abandonar este tipo de criaturas no siempre inocentes. Enumero de menos a más denigratorio:
- Donación a biblioteca escolar.
- Donación a Ramírez, almonedista y librero de viejo.
- Abandono en la mesilla de un hotel, o en la desierta estantería de la casa alquilada para vacaciones.
- Exposición en la vía pública; por si a alguien le interesa la cría industrial de pollos, o la organización administrativa del Comune de Treviso.
- Lanzamiento en el contenedor de reciclaje de papel.
Pero nunca había tirado un libro al cubo de la basura, porque me parecía demasiado irrespetuoso; por aquello de que uno pertenece a la generación aquella en que se rendía cierto culto a la letra impresa.
El libro que he tratado de modo tan infamante se titula “Sangre azteca” y viene firmado por un tal Gary Jennings; aunque luego me he enterado que la culpa no le es directamente imputable, ya que el editor le encargó a un negro redactar el bodrio a partir de cierta obra inacabada del señor Jennings y algunos apuntes del presunto autor, tras el fallecimiento de éste. Me da lo mismo. Repártase la responsabilidad entre el difunto, el negro y el editor pesetero. ¡Vaya mierda de producto!
Mira que la moda de la novela “histórica” ha arrojado sobre la superficie del planeta toneladas de infraliteratura, pero debo afirmar que el libraco en cuestión (q.e.p.d.) era todo un record.
No pienso perder el tiempo explicando por qué hago un aserto así de rotundo, porque el tocho no se merece ni el honor de la crítica. Sólo pretendo compartir con mis eventuales lectores una experiencia tan insólita, la de arrojar un libro al cubo de la basura, y también lanzar una maldición contra el editor canalla, contra el negro inescrupuloso y sobre la tumba de Mr. Jennings.

viernes, 25 de enero de 2008

¿QUÉ FAMILIA?



El tema de la familia siempre ha llamado mucho la atención a la gente. En la literatura y en el arte hay familias sumamente famosas: “La familia de León Roch” (Galdós), “Los Buddenbrook” (Thomas Mann), “La doble familia” (Balzac) y hasta “La familia de Pascual Duarte”. En el cine también hay familias ejemplares, como “La gran familia”, dirigida por Fernando Palacios y encabezada por Alberto Closas; y no digamos nada de los encantadores Corleone de “El padrino”.
Cada una es diferente a las demás, pero a todas hay que reconocerles su encanto. ¿Qué hubiera sido de Papá Goriot sin sus encantadoras criaturitas? Por ejemplo.
Sin embargo, la izquierda marxista y masónica y, por añadidura, aliada con el terrorismo y demás lacras sociales parece que la ha tomado con la familia; está decidida a cargarse una institución de tanta solera, el más sólido pilar de cualquier sociedad saludable.
De hecho los buenos eclesiásticos, encabezados por los señores obispos, no han tenido más remedio que intervenir en política, haciendo una excepción en su habitual ecuanimidad sobre un tema tan ajeno a su espiritual cometido. ¿Para qué? Pues para salvaguardar la familia asediada, hombre, que parecen ustedes tontos y hay que explicárselo todo. Por fortuna han encontrado el apoyo de un partido político de arraigadas convicciones familiares, cuyos miembros todos se caracterizan por ser espejo bruñido de vidas de familia cristiana, como Dios manda.
La familia con que sueñan todos estos buenos clérigos y su ferviente grey de laicos comprometidos es fácil de imaginar en sus distintas modalidades. Verbigracia:
Familia X: compuesta por don Homobono (próspero industrial del ramo) y doña Virtulinda (sus labores), más los hijos que mande Dios, que fueron finalmente el aventajado joven Nolasco Javier (a la sazón estudiante de Bachillerato en los PP Jesuitas) y la encantadora nena María Conturbación de los Santos Mártires (familiarmente llamada Cuca), que estudió algo en las Ursulinas, pero en breve contraerá ventajoso matrimonio con un brillante joven de excelente familia. Todos asisten a misa de doce los domingos y luego toman el aperitivo en el círculo. La cena es puntualmente servida a las diez y las vacaciones se parten entre la finca del campo y la casa de la playa. Siempre que la familia puede coincidir al completo a la hora del almuerzo, se reza el Santo Rosario tras los postres y el café.
Familia Y: compuesta por el Desiderio (guarda en la citada finca de campo de don Homobono) y Rafaela (preñada), más los hijos que mande Dios, quien esta vez sí que se esmeró y adjudicó doce criaturas a la feliz pareja. Los nombres de semejante cuadrilla no hacen al caso, porque son muchísimos y uno se trabuca, pero todos ellos están siendo educados en la humildad, el amor al trabajo y el agradecimiento a los señoritos, que son buenísimos. Los domingos el Desiderio y los mayorcitos laborean la huerta que don Homobono cedió graciosamente a la familia, con derecho a trabajarla en los ratos que les dejan libres sus obligaciones. La cena consiste en unas sopas de ajo consumidas en la cazuela común y en la bendición de la mesa nunca falta una plegaria por la salud y el bienestar de los amos.
Y ahora van a decirme ustedes que si soy gilipollas, que esas familias ya no existen y que si me he creído que vivo en 1940. Y tendrán toda la razón, porque no hay quien se trague semejante camelo. Pero anden, anden y cuéntenselo a los señores prelados, que parecen vivir en la convicción de que sí, o, por lo menos, ése es el modelo que los poderes públicos tienen que fomentar y proteger, so pena de irse de patitas al infierno. Oigan, por cierto: ¿y si diera la casualidad de que todavía existe ese tipo de familia? ¡Pues para tirarse a un pozo, la verdad!

miércoles, 23 de enero de 2008

COMPAÑEROS SENTIMENTALES



El diccionario de la Real Academia define así el adjetivo “sentimental”: Que alberga o suscita sentimientos tiernos o amorosos.
Como eufemismo, afirma la misma fuente: Correspondiente a las relaciones amorosas sin vínculos regulados por la ley.
Sin embargo, en los medios de comunicación la expresión “compañero sentimental” suele aplicarse al hijoputa con pintas amarillas que se ha cargado o ha lesionado gravemente a la mujer con la que convivía, o con la que mantenía una relación sexual más o menos prolongada.
¡Pues vaya sentimientos más “tiernos o amorosos”! Tan tiernos o amorosos como los atribuibles a Jack el Destripador, o al afamado señor Vlad Drakul, o al muy popular Monsieur Landrú. El propio eufemismo habla de “relaciones amorosas”, lo que tampoco parece cuadrar con conductas ajenas por completo al amor, salvo que se dote a este concepto de un sentido lato hasta el absurdo.
Antaño, cuando el lenguaje políticamente correcto aún no nos había sumido en la más abominable incorrección lingüística, se hablaba de “querido”, ”barragán”... Incluso de “rufián”, o “chulo”, y en América Latina, de “padrote”, “cafiche” y similares. Ya sé que no son exactamente sinónimos, porque los sinónimos exactos no existen. Sin embargo se trata de palabras con elevada connotación denigratoria, que encuentro más adecuadas para aplicarlas a los malos bichos que perpetran crímenes así de repugnantes.

DEPURACIÓN INTEGRAL



A mi correo electrónico llega una enorme cantidad de propuestas apasionantes, todas ellas, o casi todas, enviadas con el evidente propósito de hacerme más feliz. “Salud, dinero y amor”, como dice la coplilla. Unificando la primera y la tercera de estas claves para la felicidad, mis anónimos comunicantes me ofrecen la Viagra, mágico talismán para la recuperación del vigor supuestamente perdido o en declive. Alguien se ha chivateado, eso seguro; así que estos benefactores de una humanidad carencial en lo que a amor y salud se refiere, no dudan en inundar de ofertas desinteresadas mi correo y supongo que muchos otros de infelices varones caducos. Por lo que respecta al dinero, innumerables filántropos presentan ante mi la dorada perspectiva de un enriquecimiento fácil y rápido, mediante la inversión en cibercasinos claramente pensados para que el jugador gane sumas enormes con una mínima inversión inicial. Otro de los recursos que se me ofrecen para hacerme un moderno Midas llega revestido de oferta laboral basada en el mínimo esfuerzo y la máxima retribución. Total: que hay que ser un perfecto idiota, o un desconfiado congénito para rechazar la posibilidad de convertirse en un Hermes portador de la cornucopia o cuerno de la abundancia en la punta de su prodigioso falo.
La última sugestiva propuesta recibida a través de las sinuosas ondas del éter consiste en la “depuración integral”. La catártica sugerencia se explicita así: "Un programa intensivo de desintoxicación basado en la experiencia del Dr. Bernard Jensen que mediante el ayuno, limpiezas de colon y la toma de suplementos nutricionales consigue una completa eliminación de toxinas a nivel celular e intestinal." Y sus beneficios: "Un aumento de tu energía vital, paz interior y una mayor claridad mental son solo algunos de los beneficios que te ofrece la Depuración Integral." Pero es que ahí no se queda la cosa, además: "es enormemente beneficiosa para el tratamiento de patologías gastrointestinales, dérmicas, hormonales y/o metabólicas por su capacidad para desintoxicar las células y limpiar el intestino de hongos, parásitos y materia mucoide adherida."
¡Coñe con el Doctor Bernard Jensen! Y eso que es muy conocido en su casa a la hora de comer. Ni Jesucristo, ni Buda, ni Mahoma. Éste sí que es un taumaturgo como la copa de un pino, y sólo a base de matarte de hambre y atizarte unas cuantas irrigaciones. ¡Qué tío!
A mi lo que más me ha llamado la atención ha sido lo de obtener claridad mental mediante la gazuza severa. Y yo que empiezo a verlo todo turbio a partir de las 14 horas, vísperas del potaje. Pues se ve que estaba equivocado.
Conclusión: hay un montón de gente decidida a hacernos felices, pero que muy felices y nosotros, incrédulos, que si quieres arroz, Catalina. ¡Tiempos de incredulidad y relativismo exacerbado!

viernes, 18 de enero de 2008

NEOCON EN FRANCÉS



Singular neologismo: “neocon”. Parece aplicable el término a los nuevos conservadores. Su uso más común adquiere connotaciones negativas entre los usuarios. Creo que casi ningún neocon estaría dispuesto a aplicarse el calificativo a sí mismo.
Desde luego, un neocon francés rechazaría categóricamente ser motejado de tal, puesto que el vocablo “con” viene a significar en castellano drecho algo así como “gilipollas” o “mentecato”, si bien su prístino contenido aludiría directamente al órgano genital femenino.
Así pues, un neocon francés sería un gilipollas de nuevo cuño, o, si se quiere, un gilipollas novato.
Este articulillo es un frívolo juego de palabras, claro está, Pero es que me ha hecho gracia la idea, porque nuestros neocón en inglés o en castellano se me antojan bastante neocon en francés.

¿QUÉ CULPA TIENE STANISLAVSKI?



Tiempo hace que uno llego a la convicción de que el teatro no es nada terapéutico. Todo lo contrario: el teatro es, más bien, una saneada fábrica de orates. O, al menos, de personas notablemente excéntricas.
Cuanto más insisten determinadas escuelas en aplicar técnicas de implicación psicológica, anímica o, incluso, esotérica, más consiguen incrementar el número de zumbados dramáticos. Este tipo de tinglados más o menos sectarios invocan con frecuencia en su justificación no sé qué cosa denominada “Método Stanislavski”, o, simplemente “El Método”.
Mi impresión personal es que los mentores de tales inventillos no han leído ni uno solo de los libros del maestro ruso, puesto que, si lo hubieran hecho, habrían descubierto que no hay en ellos una maldita línea que aluda a terapias; ni siquiera que apueste por invadir la intimidad del sujeto ni, aún menos, por hacerlo con técnicas agresivas.
Digamos que una cosa es la introspección, ordinariamente saludable, y otra el machaque de corte sadomasoquista. Y añadamos que a don Konstantin se le pueden achacar muchos errores, pero nadie se atrevería a afirmar que fue un sujeto dogmático o sectario. En mi opinión, el mayor mérito de este caballero estriba en haber aplicado criterios racionales y articulados al aprendizaje del actor y al teatro en general.
Como ramificación del tema, me choca encontrar en los historiales (curricula, si se prefiere), que continuamente recibo, manifestaciones (casi invocaciones) al “maestro” con que estudió el solicitante. En lugar de decir “he estudiado en...” se insiste en la afirmación “he estudiado con...” Yo creo que en muchos casos el sujeto asimila su relación con el educador a la que un paciente establece con su psicoanalista. Claro que es una mera conjetura.
Pues, volviendo al inicio, en aplicación del prestigioso método de la pescadilla de rosca, digo que, si aplicando pedagogías normales y no invasoras, ya salen por ahí tantos actores ligeramente tocados, no te digo nada si han pasado por cualquiera de los numerosos manicomios teatrales que proliferan y medran.
Pero, por favor, que nadie le eche la culpa a don Konstantin Stanislavski.

miércoles, 16 de enero de 2008

LA POLÍTICA DEL OMBLIGO



Que los intereses de los partidos políticos no siempre coinciden con los intereses de los ciudadanos es cosa bastante sabida. La fascinación del poder en sí puede emborronar de vez en cuando los objetivos y el origen de ese poder, que son, supuesta y respectivamente, el bienestar público y el propio pueblo.
Lo curioso y sorprendente surge cuando las actuaciones de un partido político ni siquiera coinciden con los intereses del propio partido.
Cuenta la prensa que Esperanza Aguirre y su gente se han salido con la suya, puesto que Mariano Rajoy ha decidido prescindir del Alcalde de Madrid en las listas al Congreso de los Diputados. Ya en el ámbito de los rumores, se dice que Alberto Ruiz Gallardón ha encajado mal el golpe y anuncia su retirada de la política.
No soy votante del Partido Popular, de modo que ni lo celebro, ni lo lamento. Sin embargo, me parece que la noticia revela que el ala derecha de ese partido no ha valorado tanto un hipotético triunfo electoral, como una riña de orden interno, que, por añadidura, presenta claros tintes de enganchón personal entre doña Esperanza y don Alberto.
Cualquier ciudadano mediana o incluso escasamente informado sabe o intuye que Ruiz Gallardón es una saneadísima fuente de votos para el PP, y también que el sector más “centrista” de votantes, precisamente el que está en litigio, apostaría antes por él, que por el propio Rajoy. Sin embargo ha prevalecido el criterio doméstico, con unas consecuencias impredecibles, ya que en esto de las elecciones cabe todo tipo de sorpresas.
Una consecuencia de la eventual retirada política del perdedor en la contienda puede ser el ascenso a la Alcaldía de Madrid nada menos que de doña Ana Botella, señora de Aznar. Me pregunto: ¿es que si esta señora hubiese encabezado la candidatura del PP para las Elecciones Municipales, habría obtenido este partido la holgada ventaja que obtuvo? Pues, con todo respeto, me parece que no, así que extrayendo conclusiones.
Pueden replicarme que el éxito de Gallardón es una mera cuestión de imagen; pero, en las actuales modas de la política, ¿qué no es tal, o casi?
Lo que sí estaría dispuesto a admitir es que en todas partes cuecen habas, ya que en determinadas federaciones o agrupaciones del PSOE se ha jugado al mismo o parecido juego. No me consuela lo más mínimo. Tampoco que en Izquierda Unida se dieran casos semejantes me tranquilizaría; por referirme sólo a partidos de ámbito estatal.
Creo que la llamada “partitocracia” está generando un deterioro, que alguien tendría que frenar, de la política en su más noble acepción.

domingo, 13 de enero de 2008

TULIO OSVALDO SCIOPPERO



Ya son bastante conocidos los métodos de epibiótica actoral planteados por Tulio Osvaldo Scioppero hacia la década de los 90 del pasado siglo en su “Biolaboratorio del actuante” y esparcidos por todo el ámbito del aprendizaje escénico de América Latina y Europa por sus discípulos y seguidores. Como fructífera superación de la noción grotowskiana del “actor santificado”, Tulio Osvaldo va más allá propugna la idea de “actor crucificado”; si Eugenio Barba se refiere a las acciones extra-cotidianas, Tulio Osvaldo insiste en las “actancias extracorpóreas”.
Hoy, superados algunos bloqueos frente a la corrección ortográfica, Tulio Osvaldo Scioppero ofrece a los lectores especializados su “Morfología de la Escénica Errática”, un mágico compendio de su larga trayectoria en la investigación teatral. Su colaborador directo a lo largo de estos años Oscar Añoso Picci (cariñosamente conocido por el apodo “Estrabinski” a causa de su pronunciado estrabismo o bizquera) se ha esmerado recopilando notas y más notas del maestro, quien tenía por costumbre esparcir su sapiencia con una prodigalidad ejemplar. Así cuenta el buen y abnegado Estrabinski: “acá, allá, mirá, flaco. En servilletitas de la cantina, en retacitos de “La Nación”; mismo en – perdoná – el rollo de papel de los servicios. ¡Pucha si fue pinche laburo!”.
Sería tarea de enorme complejidad definir la “escénica errática” de Scioppero en un espacio tan reducido como el que la mezquindad de esta publicación me otorga. Parece, sin embargo, inexcusable, enunciar al menos las famosas seis reglas de la “implantación biotécnica del exteriorizable”, enunciadas y ampliamente desarrolladas en el opúsculo del Maestro, que
– añadiré – ya puede ser adquirido en las librerías más importantes de Tucumán y Rosario a precios muy razonables.
Estas seis reglas, tal y como vienen muy bien escritas en una de las primeras páginas del librito, son:

1. Regla de la retrospección deflactante
2. Regla de la deslectura afrentosa
3. Regla de la recomposición ojimétrica
4. Regla del inconmensurable desparpajo
5. Regla del mosqueo trascendente
6. Regla del juanpalomo autista

Parte de la trascendental obra de Scioppero presenta inexplicables afinidades y alguna que otra monstruosa contradicción con los trabajos de mi propio y llorado maestro Szopenko, al que, si Dios no lo remedia, dedicaremos más de una página en ese Asno de Oro.
Item más, si me da por ahí, desarrollaré algo las seis famosas reglas, porque hay gente que no se aclara con su mero enunciado. También puede darse el caso de que la Diosa Juno me ilumide desde su lejanía y aporte algún dato relevante sobre la doctrina de Tulio Osvaldo.

sábado, 12 de enero de 2008

¡CASTIGO PARA LOS CULPABLES!



Siempre resulta estimulante y gratifica mucho comprobar que los valles patrios son verdes; nuestro mar, inmenso; azul, este cielo que nos cubre. Los españoles siguen siendo píos y benéficos, como está prescrito en los cánones.
Malo sería, en caso contrario, que los valles estuvieran hechos un estercolero apestoso, que el mar fuera chiquitajo, una birria de mar; incluso que no hubiera mar, sino algunos miserables charquitos. Pongamos que el cielo, en vez de un refulgente azul, mostrase tonalidades marrones o grisáceas. ¡Qué horror! Ya para colmo, no quiero ni imaginar que nuestros compatriotas hubieran obsequiado a la Historia, no con justicia, grandeza y otras maravillas, sino con una ristra de villanías atroces y ultrajantes canalladas.
Pero no: todo marcha a las mil maravillas y estamos sumergidos en la peor y más vulgar lista de topicazos, según la letra del himno recién parido, que reproduzco aquí, no sin un importante grado de bochorno. Voilà:

¡Viva España! / Cantemos todos juntos / con distinta voz / y un solo corazón. / ¡Viva España! / Desde los verdes valles / al inmenso mar, / un himno de hermandad. / Ama a la Patria / pues sabe abrazar, / bajo su cielo azul, / pueblos en libertad. / Gloria a los hijos / que a la Historia dan / justicia y grandeza / democracia y paz.

Claro que registrar tanta maravilla “a sílabas cuntadas, que es grand maestría” exige pequeñas licencias, si no poéticas, sí fonéticas. Verbigracia, desplácense los acentos adecuadamente: Desdé los verdes valles... pueblosén libertad... quealahís toriadán...; Y, claro, a la sinalefa, que le den por donde sea: justicia – y – grandeza...

Pues, la verdad, para este viaje no necesitábamos alforjas. ¡Menudo bodrio!
Reclamo, en consecuencia, un castigo ejemplar para los culpables. De entre ellos el reo de menor responsabilidad creo que va a ser el caballero parado que mandó la letrita, a ver si colaba. También podía haber jugado a la primitiva, o al cupón de la once. En su situación, todo es excusable (casi).
Pero es que en el jurado había catedráticos, académicos y yo qué sé cuántas dignidades más, que sí tenían la obligación de velar por la estética, el buen gusto y la calidad y fuerza de los contenidos, elementos elementales que brillan por su ausencia en grado supino. De postre, va el bueno de Manolo Jiménez de Parga, a quien aprecio sinceramente, y se llega bajo palio a entregarle la caquita literaria al COI y a la SGAE, culpables últimos de la funesta iniciativa.
Ahora parece ser que necesitan 500.000 firmas para llevar el horror hasta el Parlamento. Esperemos que el sentido de la justicia y la grandeza que, al parecer, adornan a los hispanos les induzcan a rehusar enérgicamente el estampado de su rúbrica en la iniciativa antipopular.
Oigan: ¿nadie con una mínima capacidad de convocatoria va a incoar una iniciativa popular para el rechazo de semejante demasía?
Este asno, su seguro servidor, sí que admite desde su modesto blog adhesiones a la propuesta de castigo para los culpables. ¡Anímense!
¡Ah, se me olvidaba! Creo que la presentación cantada a cargo de Plácido Domingo no va a quedar coherente ni resultona. Ya que lo van a hacer, por lo menos que le encomienden la tarea a un personaje más acorde con el contenido literario: Chiquito de la Calzada, por ejemplo.

viernes, 11 de enero de 2008

¿LA ECONOMÍA, CAPULLOS, LA ECONOMÍA...?



Permítanme parafrasear una vez más, entre los miles que ya lo hicieron, la expresión atribuida a los asesores de Clinton en su campaña electoral. ¡El huevo de Colón, el nudo gordiano, la rebimba en bicicleta! El tío debió de quedarse calvo tras alumbrar semejante axioma.
En estas tediosas fechas pre-electorales, la oposición de derechas parece haber descubierto la pólvora (o el amonal) y sustituye su anterior cantinela patriotera del terrorismo zapateril y su indudable connivencia con ETA por la cuestión económica. Aprovechando, parece ser, que el Pisuerga pasa por Valladolid.
No es cuestión de reprocharles que intenten sacar naipes de la manga, porque en vísperas de elecciones cada cual se agarra a lo que puede, como es fácil comprobar por los accesos de radicalismo independentista de los partidos nacionalistas más moderados. En la guerra, como en la guerra.
Sin embargo, hay algo que falla en los ataques de Arias Cañete y de Pujalte, me parece a mi.
En primer lugar, cualquiera sabe que los procesos económicos en este nuestro mundo globalizado, otorgan un escasísimo margen de maniobra a los Gobiernos de los Estados, incluso a los más poderosos. Normalmente se encuentran con un pastel cocinado y servido, al que sólo cabe añadir un poco más de almíbar o unas gotitas de licor. Todo , o casi todo, depende de la chamba que te caiga, o del marrón que tengas que comerte. Incluso el propio Banco Central Europeo (o el Bundesbank, si se prefiere) está sujeto a unas leyes al parecer inexorables o preternaturales, que naturalmente no lo son, pero lo parecen. ¿Quién mueve los hilos de esta oscura providencia? Si ustedes lo saben, por favor, me lo cuenten.
Supongo que los dirigentes del PP no seguirán anclados en la utópica autarquía que pretendió su añorado Generalísimo, aquella luminaria de la economía y las finanzas. Pero, si no es así, que hagan el favor de reconducirse y no intentar tomarnos el pelo.
Por añadidura, parece ser que esas queridas nenas que llamamos variables macroeconómicas y son el índice de la salud o pochez de las naciones y los pueblos, no llegan a presentar ni tan siquiera unas decimillas de fiebre. De hecho, estos caballeros, anuncian en sus programas rebajas importantes de los impuestos y numerosos servicios sociales. Si la cosa estuviera tan peluda, ¿de dónde diantres pensarían allegar recursos para semejante desembolso? Lo normal, en un negro panorama económico, sería reclamar un apretón de cinturón para salir del pozo.
Total, que no me convencen en absoluto.
Apostilla: me ha encantado el último discurso de Rajoy sobre la protección a la familia que piensa practicar, si gana las elecciones. Ahí se le ve alineado con las tesis de los Señores Obispos. ¡Pero qué guiño más picarón!

FELIZ JUBILACIÓN, MAJESTAD




El setenta cumpleaños de Don Juan Carlos de Borbón ha resultado todo un acontecimiento. Además del pedazo de almuerzo que se marcó el personal de élite invitado, con su anecdotario simpaticote y todo, la televisión nos regaló un rosario de felicitaciones al monarca por parte de una serie de personajes ilustres o notables por uno u otro capítulo. Todos con su “Feliz, feliz en tu día...” Sólo les faltaba añadir el coherente: “¿Cómo están ustedeeeees?”
La mitificación turiferaria de la figura de este hombre durante la pre – transición, la transición y los años posteriores alcanzó un verdadero paroxismo en los medios de comunicación, de forma tal que cualquiera hubiese pensado que la reciente historia de España fue idea suya y sólo suya, lo cual es una evidente falsedad, o, al menos, una notable distorsión. Por poner un ejemplo, todavía está por averiguar y hacer público el proceder exacto de la Monarquía en la oscura fecha del 23F.
Preciso es reconocer que tras la muerte del Dictador Franco los llamados “poderes fácticos”, como el Ejército, que afortunadamente ya no lo es y la Iglesia Católica, que a la vista está que lo sigue siendo, o, por lo menos lo intenta denodadamente, hubieran podido liar un buen cristo, de no haber por ahí un cortafuegos como la Monarquía. Monarquía, por otra parte, avalada por propio zorro de El Pardo y por nadie más (ni menos). Pero de ahí a semejante magnificación mediática hay un buen trecho.
En términos personales, Don Juan Carlos es un hombre que cae simpático. Su evidente bonhomía, esa naturalidad con que puede soltarle en la cara al Presidente de Venezuela un buen improperio, incluso los cotilleos que le atribuyen algunos devaneos netamente borbónicos, encajan perfectamente con los gustos de nuestra ciudadanía. Yo he tenido la oportunidad de coincidir personalmente con él (ojo, mezclado en grupos numerosos) y la verdad es que se trata de un caballero que emite eso que llaman los cursis “buenas vibraciones”.
El caso es que acaba de cumplir los setenta años, edad tope de jubilación para la mayor parte de los ciudadanos, de modo que no estaría mal que, como primer ciudadano de España, don Juan Carlos se acogiese de buen grado a este merecido beneficio.
Pues no hay que descartarlo. De hecho, con los laudes y loores por él recibidos en estas señaladas fechas, de ha mezclado una más que sospechosa presencia del Príncipe Felipe, el presunto heredero. ¿No estaremos en vísperas de una abdicación, que es como se denomina la jubilación de los reyes?
Sea como fuere, todo huele a que la Tercera República Española, que algunos deseamos con interés, va a tener que esperarse un buen rato.

domingo, 6 de enero de 2008

JUNO




En la mitología romana Juno era una diosa, aproximadamente equivalente a la Hera griega, reina de los dioses. Hija de Saturno y Ops, y hermana y esposa de Júpiter, con el que tuvo dos hijos, Marte y Vulcano. Juno fue una deidad mayor de la religión romana y formó parte, junto a Júpiter y Minerva, de la Tríada Capitolina, un importante culto romano. (Wikipedia dixit)
Pero yo me refiero a otra Juno, que no es romana, sino gallega y en lugar de llamarse Lucina, o Pronuba, o Interduca, se llama Alejandra, que me parece mucho más normal. Y no vive en el Olimpo, donde podría alimentarse de néctar y ambrosía, sino en Estados Unidos de América, donde me temo que tendrá que conformarse con hamburguesas y perritos calientes. Es una lástima, pobre chica.
También se trata de una diosa, pero, en lugar de dedicarse a complicarles la vida a los mortales, suele amenizar su existencia con muy bien trabadas fábulas teatrales y les ilustra sobre la vida en la populosa nación norteamericana de los USA. Eso lo hace en su blog http://itgirl.wordpress.com/.
En uno de los artículos de su cibercosa afirma que el sistema electoral americano es bueno, dato que debería transferir a los votantes de Estados Unidos, para ver si de esa forma se animan a votar en porcentajes un poco más lucidos que los actuales (e históricos). También informa sobre hechos más relevantes, como, por ejemplo, que se ha cortado el pelo. Foto, por favor.
Declaro mi admiración sin reservas por la señorita Juno, que es sabia e ingeniosa.

RAZAS RACIALES




Mi abuelo el notario catalán sufrió un ataque de apoplejía después de la escudella. Y no fue porque se atiborrase del potente y sabroso plato, que lo hizo; sino porque, en un arranque de necia sinceridad, la abuela le reveló que los garbanzos eran de Fuentesauco (Zamora) y no legítimos catalanes. Igualmente, mi primo Patxi se encerró en su habitación llorando a lágrima viva durante varias semanas, al descubrir que el paño de su txapela procedía de Béjar (Salamanca). ¡Una prenda de cabeza que le había acompañado media vida!
Son fenómenos puntuales, pero claramente significativos. Por ejemplo, el asno que ornamenta esta pequeña crónica familiar es un burro catalán. Espero que ningún bárbaro lo haya confundido, por ejemplo, con un burro manchego. Y eso que hay gente a la que lo mismo le da ocho que ochenta.
Uno de los eventos más interesantes de las pasadas navidades se produjo con la reivindicación de selecciones de fútbol autóctonas. Qué duda cabe sobre que la principal seña de identidad de los pueblos la constituyen sus equipos de fútbol. Cierto que de los veintitrés jugadores del Barça, no menos de quince son extranjeros y hasta hay algún riojano y algún albaceteño infiltrados. Pero es que una cosa es el negocio y otra la patria; no comencemos a mezclar churras con merinas.
En mis contados ratos de tele navideña, me fue dado contemplar el despliegue de banderones y el derroche de emociones patrióticas que se desplegaron en ocasión tan emblemática, por utilizar una palabra moelna e idónea. Luego hubo tipejos faltos de sensibilidad étnica que hasta se lo tomaron a coña. ¡Majaderos!
Desconozco en qué términos va a convocar el señor Ibarretxe su anunciada consulta popular, pero supongo que en el pequeño cuestionario que proponga no dejará de incluir la pregunta: “¿Es usted partidario de instituir con carácter excluyente la Selección Euskaldún de furgo? En caso contrario, será usted un maketo de mieda”.
Un día de estos voy a enterarme de qué es una nación y entonces voy y se lo cuento a ustedes. De momento, sigo con la intriga.

CRÍA CUERVOS...




Vuelta a casa y al pesado de blog éste, al que es preciso alimentar para que no desfallezca y muera. No soy capaz de abandonarlo, como si de un infeliz caniche se tratara, que es lo que hacen algunas personas sin corazón para irse de pendoneo a la playa.
Aún cuando lejos del mundanal ruido y diariamente entregado a faenas profundas y arduas, como es la captura de níscalos por los pinares, he recibido ecos del tumulto exterior, y esos ecos casi me revientan los tímpanos, palabra.
Por ejemplo, el fastuoso espectáculo de las familias cristianas en la madrileña plaza de Colón.
Allí los señores obispos, con el apoyo aéreo de Su Santidad Benedicto y de la eficiente infantería del general Kiko Argüello, emitieron los adecuados mensajes de amor, caridad, paz, conciliación y otras señas de identidad cristiana que corresponden a las señaladas fechas de la Navidad.
Estos piadosos prelados parece ser que exceptúan de tales sentimientos amorosos y caritativos a los precitos que no forman familias cristianas, sino aberraciones laicas, a los gobernantes que toleran y apoyan tales aberraciones y, en suma, a quienes no hacen las cosas como ellos piensan que hay que hacerlas velis nolis.
Claro que ello se hace en defensa de la democracia consagrada en la Constitución Española. Pues digo yo que hay que tener una cara durísima para predicar democracia desde una institución que se rige por normas, no sólo antidemocráticas, sino a menudo atentatorias contra los derechos humanos. Por ejemplo, esa institución discrimina a la mujer, que no tiene acceso, no sólo a la jerarquía, sino al mismo sacerdocio. Sólo era un ejemplo.
No entiendo cómo los consecutivos gobiernos de este País, y en particular los gobiernos progresistas, como el actual, se han dedicado a mimar a estos personajes, incluso rozando los límites de la legalidad constitucional. ¿Qué sentido tiene? Religión en la escuela, pingüe participación en las arcas del Estado... Unos acuerdos (Concordato en realidad) con el Vaticano francamente abusivo... ¿A qué jugamos?
A ver si en la próxima legislatura el deseable triunfo de nuestra moderadísima izquierda trae consigo un trato algo más congruente para esta cuadrilla de trabucaires. No se trata de quemar iglesias, no. Simplemente aquello del César y Dios, que ya va siendo hora.